Uno de los aspectos más atractivos del deporte es que sus mejores practicantes parecen extender el límite de la capacidad del cuerpo humano.
En realidad, este límite nunca se ha definido en forma razonablemente clara… hasta hace poco.
Un grupo de expertos de la Universidad de Duke publicó un trabajo en la revista electrónica SCIENCE ADVANCES un trabajo que propone un valor específico para este límite (SCIENCE ADVANCES es una publicación electrónica gratuita de la célebre editorial SCIENCE).
En este trabajo, los autores estudiaron a un grupo de maratonistas que corrieron 6 maratones por semana a lo largo de 5 meses, como parte de la “Race Across the USA” en el 2015 (la “Carrera a través de los Estados Unidos”, que transcurrió del 16 de enero al 2 de junio de ese año. El evento cubrió unos 4,800 kilómetros). Los expertos también consideraron otros datos en donde el cuerpo es sometido a un esfuerzo intenso por un intervalo importante (como otros deportes e incluso el dar a luz en condiciones difíciles).
Una persona cualquiera, cuando está en reposo absoluto, consume un mínimo de energía (el valor depende de cada individuo). Esa cantidad es conocida como “metabolismo basal” pues mide, en forma indirecta pero precisa, el ritmo con el que el cuerpo procesa la energía contenida en los alimentos que consumimos.
Cuando una persona hace ejercicio, el ritmo de consumo de energía aumenta y este aumento es especialmente notable en el caso de deportistas que participan en eventos en donde es necesario realizar un esfuerzo importante en forma sostenida por mucho tiempo.
El aumento en el metabolismo está directamente relacionado tanto con la velocidad que puede alcanzar un maratonista como con el tiempo que puede sostener dicho esfuerzo.
Lo que encontraron los investigadores es que ninguna persona (ni siquiera los maratonistas más notables) logran aumentar su metabolismo más de 2.5 veces (en relación al metabolismo basal). Esto sugiere que cualquier deportista que ha logrado alcanzar ese límite no podrá superarlo (cuando menos no sin poner en riesgo inmediato su vida).
La combinación de la estructura básica del cuerpo humano, la estructura molecular de los músculos y huesos, y el dato generado por los expertos de la Universidad de Duke podría servir para establecer los posibles límites insuperables para el desempeño humano en deportes de resistencia.
Estos límites, claro está, podrían ser vencidos con la ayuda de un buen ingeniero genetista (seguramente, el “dopaje genético” comenzará a convertirse en un tema de discusión importante para las autoridades mundiales del deporte en la próxima década).
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