La tela de araña es uno de los materiales más espectaculares del mundo orgánico: es suave, pero increíblemente resistente (una camisa hecha con tela de araña podría ser tan ligera como una de seda, pero sería indestructible. Podría durar décadas sin experimentar desgarres incluso en las condiciones más severas). Es por esto que los esfuerzos de los expertos en ingeniería genética para producir una gran cantidad de seda de araña artificial aparecen con frecuencia en documentales e incluso en las noticias en todos los medios de comunicación masiva.
La resistencia de la tela de araña es bien conocida, pero otra de sus propiedades ha sido casi totalmente ignorada (cuando menos por el gran público): la seda de araña puede ser extraordinariamente adhesiva y es por eso que incluso algunos animales grandes (como algunas aves) pueden quedar atrapadas en una telaraña.
Esta adhesividad podría tener un enorme valor comercial. Para comenzar, la fabricación de la mayoría de los pegamentos es un proceso ecológicamente “sucio”, que involucra sustancias derivadas del petróleo. Por otra parte, en su mayoría no son fácilmente degradables.
Un pegamento hecho con seda de araña artificial podría servir para controlar plagas de insectos en forma orgánica (sin recurrir a pesticidas)… además el material es biodegradable. Bastaría con humedecer una pared de un granero lleno de moscas para atrapar a la gran mayoría de ellas con rapidez y sin poner en peligro la salud de los animales (excepto las moscas, desde luego) y la de la gente. Usado de otras formas podría detener la diseminación de enfermedades transmitidas por mosquitos (que en conjunto matan a más de 2 millones de personas al año en todo el planeta).
Existen muchas otras aplicaciones (tanto clásicas como novedosas, como la anterior) para este material.
Para poder entender los secretos moleculares de la seda de araña es necesario explorar la estructura de los genes que le permiten producirla a estos animalitos. El problema es que existen más de 45,000 especies diferentes y algunas arañas pueden fabricar hasta 7 variedades diferentes de seda (con distintos grados de resistencia y adhesividad).
Hasta ahora solo se han logrado estudiar en detalle 20 genes relacionados con la producción de seda: el número total debe ser muy superior (y aún es desconocido). Ninguno de ellos parece estar relacionado con la adhesividad.
Un grupo de expertos de la Universidad de Maryland (en Baltimore) acaban de reportar la secuencia de los primeros dos genes conocidos relacionados con la adhesividad de la tela de araña. Este descubrimiento además señala el camino para identificar otros genes relacionados.
En breve, podríamos contar con uno de los adhesivos más poderosos, seguros y ecológicamente límpios con los que hayan soñado jamás los expertos en química industrial.
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