Los problemas de salud relacionados con el comportamiento humano rara vez son reconocidos y menos aún tratados apropiadamente.
Uno de los más comunes, y destructivos, es el agotamiento profesional o “burnout”. En los casos más suaves, esta enfermedad social reduce seriamente la capacidad de trabajo de una persona, o de un grupo. En el peor puede producir tragedias.
Un trabajo reciente permite medir de manera razonablemente precisa el riesgo que tiene una persona de experimentar este problema. Con esa herramienta pronto será posible diseñar ambientes de trabajo más sanos, más humanos y al mismo tiempo más productivos.