El término “antimateria” siempre genera imágenes esotéricas en la mente de mucha gente; la antimateria es un material extraño, casi místico, y al igual que el Santo Grial, es casi imposible de encontrar.
La realidad es que la existencia de la antimateria fue anticipada en 1928 como consecuencia de la primera unión incompleta entre la Relatividad y la Mecánica Cuántica. La primera partícula de antimateria fue identificada en 1932.
En forma relativamente rutinaria, se producen átomos enteros de antimateria en un pequeño rincón del CERN para estudiarlos detalladamente.
Acaba de ser publicado un trabajo en la revista NATURE que revela que los átomos de antimateria son, hasta donde se puede decir al momento, perfectamente simétricos. Esto impone serias limitaciones a cualquier propuesta que pretenda unificar a las dos teorías que, en la actualidad, forman la base de la física moderna.