Uno de los elementos más importantes de la ciencia es la precisión: el definir con la mayor exactitud posible los términos básicos de cualquier disciplina es fundamental para su avance.
En el mundo de la astronomía, el término “planeta” ha sufrido cambios profundos desde que comenzó a ser usado en la Grecia antigua.
En la actualidad, y gracias a las matemáticas, la computación avanzada y las observaciones realizadas por telescopios orbitales de última generación, ha sido posible redefinir de nuevo este término, y las consecuencias son inesperadas y muy llamativas.